¡¡Hola a todos!! Hoy no quiero compartir con vosotros ninguna receta, si no una reflexión que me lleva rondando varios días por la cabeza.
El papel del Dietista-Nutricionista en la promoción de hábitos saludables
Últimamente se habla mucho en redes sociales de la forma de divulgación que tenemos los nutricionistas sobre la difusión de hábitos saludables, de cómo esto puede ser interpretado por los lectores y cómo puede afectar mejor o peor a cada uno de ellos.
Desde que abrí este blog, y en consecuencia, mis cuentas de Instagram, Facebook y Twitter (aunque esta última no la utilizo demasiado), tenía el objetivo de compartir platos y recetas saludables que fueran atractivos a la vista y también apetecibles. La idea de ello era (de)mostrar que comer saludable y rico era compatible. Porque aunque existen muchas formas de divulgar, enseñar y fomentar una alimentación saludable esta es con la que me siento más cómoda.
¿A dónde quiero ir con todo esto? Pues bien, la realidad es que en la redes sociales solo se muestra lo bonito y lo idealizado y hay otra parte que no se comparte. Es decir, solo se muestran las comidas y alimentos saludables con el fin de promover su consumo y las menos saludables no se comparten. Tendría sentido, ¿no?
Sin embargo, esto puede haber transmitido a los que estáis al otro lado una idealización de nuestra alimentación, algo que puede haber creado algún tipo de frustración por no ser capaces de llevarlo a cabo.
Creo que hay veces que existe cierto miedo por parte del profesional a fomentar el consumo de alimentos malsanos (por lo menos a mí me ocurre) porque no sabes como lo va a interpretar la persona que está detrás de la pantalla. Pero considero que también es necesario compartir esto para mostrar que la perfección (alimentaria, en este caso) nunca existe. Al final todos somos humanos y seres imperfectos.
¿Perfección alimentaria?
La realidad es que llevar una alimentación saludable no es sinónimo de tener fuerza de voluntad y ser una persona sacrificada. Al contrario, supone tener la información suficiente como para saber qué es lo «correcto», supone un aprendizaje constante, supone mentalización, pero sobre todo, disfrutar cada día con lo que pones encima de tu plato.
Esto no quiere decir que nuestra alimentación tenga que ser saludable el 100% de nuestro tiempo, ya que puede producirnos cierta obsesión por consumir única y exclusivamente comida sana y causarnos sentimientos de culpa si nos salimos de esta línea. La realidad es que vivimos en una sociedad en la que los alimentos no saludables están ahí, conviven con nosotros. Además, nuestra alimentación está condicionada por nuestras emociones, sentimientos, nuestros hábitos, cultura, vivencias, enfermedades, personas que nos rodean… Todos estos factores repercuten en las decisiones alimentarias que tomamos cada día.
Por tanto, ¿tienen cabida los alimentos no saludables en nuestra vida? Sí, tienen un hueco, que cuánto más pequeño sea mejor. Se trata de adquirir un estilo de alimentación saludable, en el que estos alimentos no formen parte de nuestro día a día, pero si nos encontramos con ellos los disfrutemos y que su consumo no venga acompañado detrás de un sentimiento de culpa o malestar.
Es por ello que quiero compartir con vosotros todas las comidas que he hecho a lo largo de una semana, para que veáis que no es perfecta al 100%, que las comidas o bebidas no saludables también existen, que intento disminuir mi consumo de carne pero aún así hay veces que la consumo, que también bebo alcohol o como un dulce cuando me apetece.
Antes de nada quiero aclarar que este no es un menú milagroso con el que conseguiréis vuestros objetivos. No. El único fin es mostrar una alimentación con la que yo me siento a gusto, con la que disfruto y en la que tienen cabida otro tipo de alimentos menos saludables. Porque al fin y al cabo los nutricionistas no somos seres perfectos, somos personas de carne y hueso que también malcomemos y que nuestras decisiones alimentarias dependen también de muchísmos factores.
Si comparto esto es con la finalidad de mostrar realismo y que aún siendo nutricionista también consumo este tipo de alimentos, aunque no los fomente, ni los recomiende. Pero soy humana y no soy perfecta. No pretendo que sirva de inspiración ni comparación para nadie, porque con lo que yo estoy a gusto, el de al lado puede no estarlo.
¡Espero vuestra opinión en los comentarios!
¿Qué come una nutricionista?
Día 1: Jueves
Día 2: Viernes
Día 3: Sábado
Día 4: Domingo
Día 5: Lunes
Día 6: Martes
Día 7: Miércoles
Esto es con lo que me siento a gusto. Encuentra tú también tu equilibrio ♥
Gracias por leerme.